Pese a las críticas de movimientos aliados, el Gobierno no prevé cambios en el gasto social

Emilio Pérsico conversó con distintos funcionarios luego de fustigar la ampliación de la cobertura de la tarjeta Alimentar; Guzmán monitorea los cuestionamientos, que incomodan a la Casa Rosada.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

Mientras en el Gobierno se sucedían las reuniones relacionadas con el proyecto para darle fuerza de ley a las restricciones por la pandemia, Emilio Pérsico llegó a la Casa Rosada.

Con su larga barba blanca saliendo por debajo del barbijo que llevaba puesto, el líder del Movimiento Evita y secretario de Economía Social subió raudo hacia el primer piso, donde lo esperaba el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro, también dirigente de ese movimiento. Las durísimas críticas que Pérsico y otros dirigentes sociales como Juan Grabois hicieron a los recientes anuncios del presidente Alberto Fernández de ampliación en la Tarjeta Alimentar (unos $250.000 millones extra) fueron el tema principal de la charla, críticas que incomodan al Gobierno y exponen la máxima tensión que hoy se vive en el oficialismo por las políticas de contención social. No habrá, de todos modos, cambios bruscos en lo inmediato, ya que el límite a la “inversión social” fue acordada entre el Presidente y su ministro de Economía, Martín Guzmán, antes de iniciar su gira por Europa, respondieron altas fuentes oficiales.

“No creemos que se callen del todo. Pero en el Gobierno todos pensamos que lo del viernes era lo mejor que se podía hacer”, explicaron desde un despacho importante de Balcarce 50. Ayer, en un acto en Berazategui, el jefe de gabinete Santiago Cafiero defendió el aumento en los Planes Alimentar -que Pérsico calificó de “pan para hoy y hambre para mañana”- y definió la decisión como “la más eficiente” para dar respuestas a sectores castigados por la pandemia. Sin confrontar de manera directa, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo (superior directo de Pérsico en el organigrama estatal), dijo también ayer que dar mayores herramientas como ampliar el plan Potenciar Trabajo o urbanizar barrios populares (ejes principales de la críticas) “funciona si la agente puede comer, y por eso [se dispone] la extensión de la tarjeta”, para alcanzar a cuatro millones de niños y adolescentes.

Pérsico, que según fuentes oficiales también habló con Arroyo en las últimas horas, se llamó a silencio, aunque continúa el enojo con él y con Grabois (que calificó de “decepcionante” y “estúpida” la medida oficial). “No se los va a cuestionar directamente porque nos perjudica a todos. Pero lo que se llevó adelante está acordado con el Presidente y Guzmán”, aclararon desde un despacho oficial. “La tarjeta Alimentar tiene un sesgo gorila porque no permite retirar el efectivo”, dijo hoy Grabois, redoblando la apuesta, en declaraciones a radio Futurock.

“Lo de ese señor no se hace siendo parte de un gobierno”, lo había criticado la diputada Cecilia Moreau (Frente de Todos-Buenos Aires) en declaraciones radiales. “Hubiera levantado el teléfono y llamado al Presidente. Si es funcionario es porque tiene llegada a él”, lo cuestionó la diputada, de origen radical y de buena sintonía con Máximo Kirchner, líder de la bancada oficialista.

En el Gobierno aseguran que, más allá de tener “sensibilidad social” para atender las urgencias que impone la pandemia, hay “alineamiento total” en la necesidad de poner un tope al gasto social. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, ratificó ayer que el regreso del IFE (10.000 pesos para unas nueve millones de personas) “no está en carpeta” porque la situación social “es distinta a la del inicio de la pandemia”. La situación es “monitoreada de manera permanente” por Guzmán en diálogo con Arroyo, aseguraron desde el oficialismo.

El retorno del IFE era otra de las políticas que los movimientos sociales pretendían implementar en el corto plazo, pero la negativa de Guzmán (concentrado en la negociación con el FMI) frenó las expectativas de mayores erogaciones para el fisco, al menos en lo inmediato. “La magnitud de la crisis va a determinar cómo seguimos”, afirmó una fuente cercana al ministro de Economía, sin descartar que se tomen “medidas complementarias, con otros nombres” luego de los anuncios del viernes pasado.

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